Por Luis Asenjo Rueda (Graduado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte)

Técnico de GanaSalud.

La inactividad física está reconocida como una pandemia mundial que requiere una acción global (1).

Según estimaciones conservadoras, la inactividad física le costó a los sistemas de atención de la salud internacionales $ 53 800 billones en todo el mundo en 2013, de los cuales $31 200 billones fueron pagados por el sector público, $12 900 billones por el sector privado y $9 700 billones por los hogares (2).

Las alteraciones en la salud y la función muscular debido a la inactividad física conducen a déficits en la movilidad funcional y en la capacidad de realizar actividades de la vida diaria que impactan negativamente en la calidad de vida (3).

Tradicionalmente, el impacto positivo del ejercicio aeróbico regular de intensidad moderada a vigorosa en la salud cardiometabólica  está bien documentado (4), y reconocido en las recomendaciones actuales de la WHO (5). Sin embargo, este tipo de entrenamiento no logra mejorar específicamente la masa muscular y la capacidad de fuerza.

¿Por qué hay que hacer un trabajo predominante de fuerza? Como podemos observar tenemos tres engranajes (músculo, corazón y pulmón).

¿De qué te sirve tener un pulmón que realiza intercambio gaseoso, un corazón que late en buenas condiciones, si luego la periferia (músculo) que es donde se produce la energía (mitocondria) no funciona?.

Es importante entender esto ya que, gracias al entrenamiento de fuerza, a parte de mejorar la función muscular como su masa, la persona mejora la capacidad cardiovascular, a través de indicadores como el consumo máximo de oxígeno (VO2max), función endotelial, presión arterial en reposo y en biomarcadores sanguíneos de riesgo cardiometabólico tanto en adultos jóvenes como en adultos mayores e incluso en rehabilitación cardiaca (6). Todo ello debido a las adaptaciones producidas a nivel periférico que permiten un aumento del rendimiento.

A pesar de que el coste sanitario es importante como hablábamos al principio, nosotros todavía seguimos viendo el lado romántico de nuestra profesión, que lo más importante no es reducir el coste sanitario, que nos podría permitir mejorar nuestro PIB, si no, cómo nuestra profesión o la actividad física puede hacer mejorar la calidad de vida en la población general o específica.

Sé eficaz. Prioriza mejorar la función muscular para tu salud y calidad de vida a través del entrenamiento de fuerza, herramienta que desde GanaSalud aplicamos a nuestros clientes.

REFERENCIAS:

  1. Kohl 3rd, H. W., Craig, C. L., Lambert, E. V., Inoue, S., Alkandari, J. R., Leetongin, G., … & Lancet Physical Activity Series Working Group. (2012). The pandemic of physical inactivity: global action for public health. The lancet, 380(9838), 294-305.
  2. Ding, D., Lawson, K. D., Kolbe-Alexander, T. L., Finkelstein, E. A., Katzmarzyk, P. T., Van Mechelen, W., … & Lancet Physical Activity Series 2 Executive Committee. (2016). The economic burden of physical inactivity: a global analysis of major non-communicable diseases. The Lancet, 388(10051), 1311-1324.
  3. Reid, K. F., & Fielding, R. A. (2012). Skeletal muscle power: a critical determinant of physical functioning in older adults. Exercise and sport sciences reviews, 40(1), 4.
  4. Chodzko-Zajko, W. J., Proctor, D. N., Singh, M. A. F., Minson, C. T., Nigg, C. R., Salem, G. J., & Skinner, J. S. (2009). Exercise and physical activity for older adults. Medicine & science in sports & exercise, 41(7), 1510-1530.
  5. World Health Organization, T. (2010). Global recommendations on physical activity for health. World Health Organization.
  6. Ashton, R. E., Tew, G. A., Aning, J. J., Gilbert, S. E., Lewis, L., & Saxton, J. M. (2020). Effects of short-term, medium-term and long-term resistance exercise training on cardiometabolic health outcomes in adults: systematic review with meta-analysis. British journal of sports medicine, 54(6), 341-348.