Por Marcos Ribera Carbonell (Graduado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte)

Técnico de GanaSalud.

Recientemente publicamos una serie de artículos dedicados a los diferentes tipos de la Diabetes Mellitus. En el artículo “Inactividad Física y Diabetes Tipo 2” realizado por nuestro compañero Luis Asenjo abordamos la problemática que supone la inactividad física y el sedentarismo en nuestra población y cómo la modificación de los hábitos de vida en nuestra sociedad puede prevenir y mejorar patologías, especialmente la Diabetes Tipo 2. Por otro lado, también pueden encontrar en el blog el artículo escrito por el compañero Marcos Ribera «Diabetes Tipo 1 y Ejercicio Físico” donde se expone la herramienta de control sobre la enfermedad que puede ser el Ejercicio Físico para los diabéticos insulinodependientes. Hasta ahora conocemos la teoría, pero en la práctica, existen una serie de consideraciones del ejercicio en la diabetes como ¿Cuáles son los niveles de glucemia pre-entrenamiento adecuados? ¿Por qué a veces sube o baja la glucemia según la sesión de entrenamiento? ¿Después del entrenamiento qué debemos hacer?

Vayamos por partes; en primer lugar, unos 20 minutos antes de empezar una sesión de entrenamiento es fundamental realizar una medición del estado de la glucemia para comprobar que nos encontramos en unos rangos óptimos de glucosa plasmática. Según la Asociación Americana de Diabetes (1) existen diferentes escenarios que se muestran a continuación.

Glucemia < 90mg/dl: ingesta de entre 15 y 30g de hidratos de carbono de rápida absorción excepto si se va a realizar ejercicio físico de alta intensidad.

Glucemia entre 90 y 250mg/dl: intervalo de glucemia correcto para la práctica de ejercicio físico con normalidad.

Glucemia > 250mg/dl + presencia de cuerpos cetónicos: NO realizar ejercicio físico. La presencia de cuerpos cetónicos indica que pese a haber disponibilidad de glucosa en el organismo nuestro cuerpo sigue consumiendo grasas.

Glucemia > 300mg/dl: NO realizar ejercicio físico.

Después de conocer los valores en los que se encuentra la glucemia previa a la actividad es importante una correcta estructura de la sesión ya que, no todos los ejercicios afectan de igual modo a nuestra glucemia.

La respuesta fisiológica al ejercicio dependerá de la intensidad, el volumen, la frecuencia de los ejercicios e incluso de los grupos musculares que participen en la acción (2), por ello es importante tener en cuenta una serie de consideraciones del ejercicio en la diabetes.

Durante el entrenamiento de alta intensidad se descompone el glucógeno formando glucosa aumentando los niveles de esta en el plasma, promoviendo a su vez la función hepática. Además de esto, el ejercicio que implica intensas contracciones musculares dan como resultado la acumulación de lactato, esta sustancia reduce la captación y la utilización de la glucosa plasmática. Estos dos mecanismos combinados tienen como resultado un aumento de la glucosa plasmática, conocida como hiperglucemia (3).

Durante el ejercicio de moderada intensidad con presencia de insulina, se aprovecha la glucosa plasmática para introducirla en la célula generando así energía, esto reduce las concentraciones de la glucosa en sangre teniendo un efecto hipoglucemiante, con el paso del tiempo y con una correcta temporalización del ejercicio físico mejora la sensibilidad de la insulina tanto a corto como a largo plazo, siendo necesaria menos insulina para la utilización de la glucosa (4).

De hecho, durante el transcurso de la actividad obtener energía por el transporte de la glucosa a través de la membrana celular requiere de entre un 30 a 50% menos de insulina que en condiciones de reposo (5). Durante el ejercicio físico el organismo regula la cantidad de insulina que segrega para la utilización de la glucosa además de las diferentes hormonas contrareguladoras (2), pero esto no ocurre con la insulina exógena que inyectan aquellos diabéticos insulinodependientes o Tipo 1, por lo que hay que prestar atención a la cantidad y el tiempo que pasa desde la toma de la insulina teniendo en cuenta que el pico de acción del fármaco se encuentra a las 4 horas (6) este factor sumado al efecto fisiológico del ejercicio puede derivar en una hipoglucemia (2).

Dicho esto, durante la sesión deberemos secuenciar correctamente qué tipo de ejercicio llevamos a cabo, cuánto tiempo se prolongará y la intensidad a la que los ejecutaremos para conseguir mantener las concentraciones de la glucemia plasmática dentro de los rangos óptimos saludables. En el siguiente gráfico adaptado del gráfico ya establecido por la Doctora Elena Sarabia, experta en Ejercicio físico y Diabetes Mellitus, podemos observar como atendiendo a los conceptos explicados anteriormente y teniendo en cuenta las consideraciones del ejercicio en diabetes podemos mantener en unos rangos controlados las concentraciones de glucemia plasmática durante una sesión de entrenamiento.

Por último, tras finalizar la sesión de entrenamiento es importante continuar monitorizando los niveles de glucosa plasmática puesto que el riesgo de hipoglucemia en pacientes tratados con insulina persiste mucho después de finalizar el ejercicio. Esto ocurre principalmente como resultado del aumento de la sensibilización de la acción de la insulina en el músculo y el hígado, lo que continúa consumiendo glucosa tiempo después (4) y esto por consecuencia disminuye la respuesta contrareguladora (7). De modo que incluso pasadas las horas tras finalizar la actividad es conveniente continuar tomando mediciones para controlar las concentraciones de glucosa plasmática.

Por todo lo citado anteriormente, desde GanaSalud tratamos de actuar según dicta la evidencia científica durante las sesiones con pacientes diabéticos, teniendo en cuenta las consideraciones del ejercicio en la diabetes, velando en todo momento por su seguridad, control de la patología y mejora de su calidad de vida.

  1. STANDARDS OF MEDICAL CARE TH E JOU R NAL OF C LI N ICAL AN D APPLI ED R ESEARC H AN D EDUCATION. 2021 [cited 2022 Nov 1]; Available from: www.copyright.com
  2. Codella R, Terruzzi I, Luzi L. Why should people with type 1 diabetes exercise regularly? Acta Diabetol. 2017;54:615–30.
  3. Brooks GA. Cell-cell and intracellular lactate shuttles. J Physiol. 2009;587(23):5591–600.
  4. Camacho RC, Galassetti P, Davis SN, Wasserman DH. Glucoregulation during and after exercise in health and insulin-dependent diabetes. Exerc Sport Sci Rev. 2005;33(1):17–23.
  5. Galassetti P, Riddell MC. Exercise and type 1 diabetes (T1DM). Compr Physiol. 2013;3(3):1309–36.
  6. Rabasa-Lhoret R, Bourque J, Ducros F, Chiasson JL. Guidelines for premeal insulin dose reduction for postprandial exercise of different intensities and durations in type 1 diabetic subjects treated intensively with a basal-bolus insulin regimen (ultralente-lispro). Diabetes Care. 2001;24(4):625–30.
  7. Sandoval DA, Aftab Guy DL, Richardson MA, Ertl AC, Davis SN. Acute, same-day effects of antecedent exercise on counterregulatory responses to subsequent hypoglycemia in type 1 diabetes mellitus. Am J Physiol – Endocrinol Metab. 2006;290(6).