Por Mario Terol Sanchis (Graduado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte)

Técnico de GanaSalud.

En Ganasalud, tenemos la convicción de realizar en nuestras sesiones entrenamiento de fuerza en adultos mayores para mejorar su salud y calidad de vida, por ello, despertó en el equipo la inquietud por elaborar un pequeño estudio que analizase el ejercicio de fuerza y el impacto que este tiene en la calidad de vida de los mayores titulado “Estudio de la fuerza en Adultos Mayores”

El envejecimiento está relacionado con la reducción de la masa muscular, fuerza, estabilidad y flexibilidad provocando una peor calidad de vida (Syed-Abdul et al., 2022). La sarcopenia ha sido definida por la European Working Group on Sarcopenia in Older People (EWGSOP) como la “pérdida progresiva y generalizada de masa y fuerza del tejido músculo-esquelético provocando efectos adversos como discapacidad física, mala calidad de vida y muerte” (Cruz-Jentoft et al., 2010).

Siguiendo esta premisa, y conociendo los problemas que pueden acontecerse en la sociedad, en Ganasalud hemos realizado una intervención sobre el estudio de la fuerza en adultos mayores para conocer la activación muscular medido con electromiografía de superficie (EMG). Sabiendo que la electromiografía es una técnica utilizada para medir la respuesta de los músculos al estímulo eléctrico de los nervios (Athavale & Krishnan, 2017), hemos seleccionado una muestra de 32 sujetos (N = 32) dividida en dos grupos, el primer grupo lo conforman sujetos que son capaces de levantarse de la silla y el segundo grupo sujetos que no pueden levantarse de la silla sin ayuda. Dichos grupos vienen determinados por la capacidad de realizar el test Senior Fitness Test (SFT) de Rikli & Jones (2001).

¿Qué variables analizamos?

La intervención se llevó a cabo analizando la activación eléctrica de los músculos del cuádriceps vasto lateral (VL) y vasto medial (VM) mediante dos pruebas. La primera de ellas fue una máxima contracción voluntaria (MVC) en la que los sujetos, partiendo de una posición con flexión de rodilla y cadera a 90º buscaban realizar una extensión de rodilla consiguiendo una contracción máxima de forma isométrica. La segunda prueba que realizaron se basó en la acción de levantarse y sentarse de la silla 6 veces en un tiempo determinado.

¿Qué observamos?

Tras la aplicación y análisis de una metodología basándonos en criterios científicos (calentamiento, tiempos de ejecución, desarrollo de la investigación, análisis de la señal de electromiografía, etc), observamos que, los sujetos con menor activación muscular en VM y VL desarrollaban el test de levantarse y sentarse en la silla con menores puntuaciones. Por tanto, existen peores registros en los sujetos con menor capacidad para levantarse y sentarse de la silla. Tras su análisis estadístico se observó como existen diferencias significativas entre los grupos analizados a nivel de EMG (p < 0.05).

Por otra parte, se vio como la activación en VM y VL fue similar en valores relativos en ambos grupos. Es decir, tanto los sujetos con mejores promedios de activación como los peores, obtenían las mismas respuestas en porcentaje en VM y VL sin diferencias significativas (p > 0.05). Por tanto, es probable que, un grupo que tenga mejor capacidad para levantarse y sentarse de la silla venga determinado por el nivel de activación y fuerza general, y no tanto por si activa un músculo más que otro.

Por tanto, el nivel de activación muscular puede ser un indicativo de la capacidad para levantarse y sentarse de la silla en adultos mayores, tal y como hemos visto en los resultados del estudio de fuerza en adultos mayores.

Tras realizar estas mediciones, en Ganasalud aplicaremos un protocolo de ejercicios de fuerza del tren inferior con el fin de mejorar los registros obtenidos en el test de sentarse y levantarse de la silla, así como en la EMG. El objetivo es el de intentar mejorar los registros de fuerza de la musculatura analizada para tratar de mejorar la calidad de vida de los sujetos y lograr una mayor independencia a corto/medio plazo.

Basándonos en lo mencionado anteriormente, en nuestro centro de ejercicio terapéutico tratamos de aplicar protocolos basados en la evidencia científica que nos ayuden a mejorar la salud y calidad de vida de las personas. Una mayor independencia en el adulto mayor significa una mejor calidad de vida, salud y menor fragilidad para dicha persona y su entorno más cercano.

 

Referencias:

Athavale, Y., & Krishnan, S. (2017). Biosignal monitoring using wearables: Observations and opportunities. Biomedical Signal Processing and Control, 38, 22–33. https://doi.org/10.1016/j.bspc.2017.03.011

Cruz-Jentoft, A. J., Baeyens, J. P., Bauer, J. M., Boirie, Y., Cederholm, T., Landi, F., Martin, F. C., Michel, J. P., Rolland, Y., Schneider, S. M., Topinková, E., Vandewoude, M., & Zamboni, M. (2010). Sarcopenia: European consensus on definition and diagnosis. Age and Ageing, 39(4), 412–423. https://doi.org/10.1093/ageing/afq034

Rikli, R. E. & Jones C. J. (2001). Senior fitness test. Champaign, IL: Human Kinetics.

Syed-Abdul, M. M., McClellan, C. L., Parks, E. J., & Ball, S. D. (2022). Effects of a resistance training community programme in older adults. Ageing and Society, 42(8), 1863–1878. https://doi.org/10.1017/S0144686X20001786