Por José Manuel Sánchez, Técnico en Ganasalud
Introducción
El dolor es una experiencia universal. Todos lo hemos sentido alguna vez: un golpe, un quemado, una torcedura etc. Todos sabemos la sensación que se siente. Pero ¿alguna vez te has preguntado qué es realmente el dolor? ¿Por qué a veces duele mucho algo que no parece tan grave? ¿O por qué seguimos sintiendo dolor aunque «todo esté bien» en las pruebas médicas?
En esta primera entrada de nuestra serie sobre el dolor, te invitamos a replantear lo que sabes sobre él. Porque el dolor no siempre significa daño, y entender esto es el primer paso para poder gestionarlo mejor.
¿Qué es el dolor? Definición moderna
Según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), el dolor es:
“Una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada, o similar a la asociada, con daño tisular real o potencial.”
Esta definición es importante por dos motivos:
- No requiere daño real, solo la percepción de amenaza.
- Reconoce que el dolor es una experiencia emocional y subjetiva, no siempre se relaciona con lo físico.
El dolor no mide daño: mide amenaza
Uno de los errores más extendidos es pensar que el dolor funciona como un medidor de daño, como un termómetro que indica cuánto de roto está la parte del cuerpo que me duele: “me duele mucho mucho, diría que un 8 sobre 10, tengo que tener una lesión muy grave o algo roto seguro”.
Pero esto no es cierto.
Autores como Lorimer Moseley y David Butler en su libro Explain Pain, y el neurólogo Arturo Goicoechea en El dolor crónico no es para siempre, han demostrado que el dolor es una señal de protección, no una señal de daño.
El cerebro interpreta señales (visuales, táctiles, auditivas, emocionales…) y, si percibe una amenaza suficiente, produce dolor para protegerte.
Ejemplo 1: El clavo en el pie
Un trabajador se clava un clavo en el pie. El dolor es insoportable. Lo llevan al hospital, lo examinan… ¡y descubren que el clavo ha pasado entre los dedos sin tocar tejido!
El dolor fue real, pero no hubo daño físico. Lo que ocurrió fue una interpretación del cerebro: “Esto es peligroso. Haz que duela.”
Ejemplo 2: Dolor fantasma
Personas amputadas que sienten dolor en un brazo o una pierna que ya no existe. ¿Cómo es posible?
El dolor no depende únicamente del cuerpo físico, sino de cómo el cerebro representa el cuerpo. Si el mapa cerebral sigue “viendo” la extremidad, puede producir dolor aunque no esté.
El dolor es útil… hasta que deja de serlo
El dolor es un mecanismo de defensa. Nos ha permitido sobrevivir durante miles de años. Nos hace apartar la mano del fuego, descansar cuando nos lesionamos, o ir al médico cuando algo va mal.
Pero a veces este sistema de alarma se vuelve demasiado sensible.
– Como una alarma de coche que suena por el viento.
– Como un detector de humo que salta por el vapor de la ducha.
Cuando eso ocurre, el dolor deja de proteger y empieza a limitar.
Entonces… ¿por qué me duele si no tengo nada roto o grave?
Porque el dolor no necesita una lesión, solo necesita que el cerebro perciba una amenaza. Esa amenaza puede venir de:
- Experiencias del pasado. Un mal movimiento que asociamos con una lesión o un dolor fuerte del pasado.
- Una etiqueta médica: “tienes la espalda hecha polvo” (retomando la lectura anterior: El Impacto de las Palabras de los Médicos en la Percepción del Dolor y la Recuperación).
- Las creencias. «mi vecina Paquita me ha dicho que hacer sentadillas es malo para la rodillas; ha cambiado el tiempo repentinamente, en breves me empezarán a doler los huesos; mi amiga Conchita se lesionó la rodilla haciendo pesas, a ver si me va a pasar lo mismo; me diagnosticaron una hernia discal L4-L5 hace 26 años, me dijeron que natación y no coger peso» y un largo etcétera.
- Miedo, ansiedad, estrés.
- Un entorno hostil o inseguro.
Este modelo se llama modelo biopsicosocial del dolor, y es el más aceptado actualmente por la comunidad científica.
Conclusión
– El dolor es real, siempre.
– Pero no siempre significa que haya daño físico.
– Es una señal de protección, no de lesión.
– El cerebro puede activarlo incluso sin causa física aparente.
– Comprenderlo es el primer paso para superarlo.
¿Y ahora qué?
En la próxima entrada relacionada con esta serie de blogs sobre el dolor, hablaremos sobre por qué duele si todo está bien y cómo funciona el sistema de procesamiento del dolor.
Porque entender el dolor lo cambia todo.
Bibliografía recomendada
- Moseley, L., & Butler, D. (2017). Explain Pain. Noigroup.
- Goicoechea, A. (2023). El dolor crónico no es para siempre. Vergara.
- IASP. (2020). Revised definition of pain.
- Apkarian, A. V., et al. (2005). Chronic pain and the brain: structural and functional changes. The Journal of Neuroscience.
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