Por Fran Bailen (Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte)

Director Técnico de Ganasalud.

En este blog razonaremos porqué hay que fortalecer la musculatura de la espalda para no tener o disminuir el dolor lumbar y poder volver a la vida que tenías antes de la lesión mejorando la calidad de vida.

El dolor de espalda baja es una de las más comunes enfermedades que afecta al 60-80% de los adultos al menos una vez en la vida (1-2). En el 70-80% de los casos, hacer una diagnosis específica no es posible, incluso después de una minuciosa y precisa examinación. Se asocia a la pérdida de calidad de vida (3) y se ha demostrado que los síntomas musculoesqueléticos de dolor en la zona lumbar se correlacionan con otros segmentos corporales, como el cuello, la parte superior de la espalda y los hombros (4).

En una reciente revisión sistemática y meta-análisis, existen suficientes pruebas de estudios recientes que indican la asociación de diferentes tipos de comportamiento sedentario con la aparición del dolor lumbar tanto en adultos como en niños (5). Dada la tendencia creciente del comportamiento sedentario en todo el mundo, especialmente en la era de la pandemia de COVID-19, se sugiere aplicar estrategias preventivas meticulosas y sólidas para evitar el establecimiento del sedentarismo en la infancia y prevenir sus consecuencias musculoesqueléticas, como el dolor lumbar (5).

El dolor lumbar puede ser debido a múltiples factores, es importante distinguir entre condiciones inflamatorias y condiciones degenerativas, y también distinguir entre dolor agudo o crónico con o sin compresión radicular.

Un meta-análisis del 2010 (6) incluía solo estudios con pacientes con dolor de espalda baja no agudo y no específico. Encontraron que el entrenamiento físico tiene un significativo efecto a largo plazo comparado con el no ejercicio o el tratamiento convencional, pero no con efecto a corto plazo.

Comparado con el ejercicio general, los ejercicios de estabilización del CORE son más efectivos para disminuir el dolor lumbar y pueden mejorar la función física en pacientes con dolor lumbar crónico a corto plazo (7)

El «CORE» es una palabra en inglés, cuyo significado es «centro» o «núcleo».
Se refiere a los músculos abdominales, lumbares, de la pelvis, los glúteos y la musculatura profunda de la columna. En resumen toda la musculatura que estabiliza la columna de forma directa o indirecta y que hace que se produzca una descompresión en los discos intervertebrales.

La N.S.C.A. nos recomienda para las lesiones discales de la zona lumbar evitar los movimientos de flexión y rotación de columna lumbar y la máxima flexión de cadera con rodilla flexionada. Nos recomienda un trabajo de movilidad activa de la columna y fortalecimiento isométrico del CORE para progresivamente ir incrementando la intensidad. Para las distensiones musculares recomiendan reposo hasta que baje la fase inflamatoria, una vez disminuya la fase inflamatoria comenzar por ejercicios de movilidad activa y seguidos de un trabajo de refuerzo muscular del CORE. Para la espondilólisis y la espondilolistesis se deben evitar la extensión lumbar, sentadillas y todos los ejercicios de levantamiento de peso en bipedestación. Recomienda la flexión de cadera con rodilla flexionada y los ejercicios dinámicos de flexión de columna.

El programa de ejercicio debe ser adaptado a las características individuales de los pacientes en motivación, viabilidad práctica y compatible con la vida diaria (8) Se han encontrado evidencias de que el entrenamiento en grupos reducidos y supervisado es más efectivo que los ejercicios realizados en casa de forma individual.

En Ganasalud a través de la valoración inicial conseguimos detectar las necesidades de los clientes para conseguir movilizar y reforzar la musculatura de la columna vertebral de forma individualizada. El trabajo se realiza en grupos reducidos por nivel y por patología para evitar riegos y maximizar los beneficios del ejercicio como medicina para fortalecer la musculatura de la espalda para no tener o disminuir el dolor lumbar.

Bibliografía:

  1. Sandanger et al. Relation between health problems and sickness absence: gender and age differences – a comparison of low back pain, psychiatric disorders and injures. Scand J Public Health 2000: 28: 244-252.
  2. Ihlebaek et al. Prevalence of low back pain and sickness absense: a “borderline” study in Norway and Sweden. Scand J Public Health 2006:34: 555-558.
  3. Jonsdottir, S., Ahmed, H., Tómasson, K., & Carter, B. (2019). Factors associated with chronic and acute back pain in Wales, a cross-sectional study. BMC musculoskeletal disorders20(1), 1-8.
  4. Daraiseh, N. M., Cronin, S. N., Davis, L. S., Shell, R. L., & Karwowski, W. (2010). Low back symptoms among hospital nurses, associations to individual factors and pain in multiple body regions. International Journal of Industrial Ergonomics40(1), 19-24.
  5. Mahdavi, S. B., Riahi, R., Vahdatpour, B., & Kelishadi, R. (2021). Association between sedentary behavior and low back pain; A systematic review and meta-analysis. Health Promotion Perspectives11(4), 393.
  6. Oesch P et al. Effectiveness of exercice on work disability in patients with non-acute non- specific low back pain: systematic review and meta-analysis of randomised controlled trials. J Rehabil Med 2010: 42:193-205.
  7. Wang XQ et al. A metanalysis of core stability exercise versus general exercice for chronic low back pain. PLOS ONE 2012: 7: e52082.
  8. Roger W. Earle, Thomas R. Baechle. Manual NSCA Fundamentos del entrenamiento personal. 2008.
  9. Brox et al. Lumbar instrumented fusión compared with cognitive intervention and exercices in patients with chronic low back pain after previous surgery for disc herniation: a prospective randomized controlled study. Pain 2006: 122: 145-155.