Por Jesús Orts Candela (Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte). 

Técnico de Ganasalud

Las células de nuestro organismo se dividen de forma regular y periódica para reemplazar las envejecidas. Este proceso se regula por diversos mecanismos de control, que en el caso de alterarse puede originar un tumor maligno, creando así  una carcinogénesis que invade y destruye tejido sano. Se trata de una enfermedad cuyos índices aumentan letalmente debido al envejecimiento de la población, así como a la exposición de factores de riesgo (alcohol, dieta, sol, tabaco.. etc).

Estos últimos 15 años ha sido un tema muy investigado desde una vertiente clínica. No obstante, ¿Cómo podemos ayudar desde el campo de las ciencias de la actividad física? A continuación, exponemos una serie de beneficios e indicaciones:

  1. Recientes estudios indican que la actividad física es un importantísimo agente protector y preventivo ante diferentes tipos de cáncer. Es el caso del cáncer de colon, que reduce las posibilidades en un 50 % y otros como el de mama o de pulmón.
  2. Tras el diagnóstico, el ejercicio físico ejerce un papel muy importante como estrategia para mejorar la calidad de vida en cuanto a aspectos psicológicos, físicos y sociales, contribuyendo de una forma muy positiva al tratamiento y supervivencia del cáncer.
  3. Investigaciones como la de Segal (2003)1 concluyen que los principales parámetros analizados que mejoran o frenan las limitaciones son: la capacidad funcional cardiovascular, la fuerza muscular, el sistema inmunitario, la ansiedad y la satisfacción con la vida.
  4. Otro punto importante a abordar es el de la recuperación. El ejercicio físico ayuda a reducir los síntomas post-tratamiento, influyendo principalmente sobre los factores que mejor se relacionan con la calidad de vida y salud: mayor aptitud sobre las actividades de la vida cotidiana, menor sensación de cansancio y un estilo de vida más equilibrado física y mentalmente.

Desde ganasalud aportaremos nuestro granito de arena recomendando y poniendo en práctica diferentes programas de ejercicios orientados a estos objetivos. Es por ello que nos basamos en autores validados y de reconocido prestigio para prescribir este ejercicio físico específico. Es el caso de autores como Dimeo (2001) 2 y Meneses (2015) 3 que recomiendan que se trabaje una combinación de ejercicios aeróbicos, de fuerza muscular y de estiramientos, incidiendo sobre los principales grupos musculares y una frecuencia cardiaca en zona de actividad saludable (ZAS).

Bibliografía:

  1. Segal, R. J., Reid, R. D., Courneya, K. S., Malone, S. C., Parliament, M. B., Scott, C. G., … & Wells, G. A. (2003). Resistance exercise in men receiving androgen deprivation therapy for prostate cancer. Journal of clinical oncology21(9), 1653-1659.
  2. Dimeo, F. C. (2001). Effects of exercise on cancer‐related fatigue. Cancer: Interdisciplinary International Journal of the American Cancer Society92(S6), 1689-1693.
  3. Meneses-Echávez, J. F., González-Jiménez, E., Correa-Bautista, J. E., Valle, J. S. R., & Ramírez-Vélez, R. (2015). Efectividad del ejercicio físico en la fatiga de pacientes con cáncer durante el tratamiento activo: revisión sistemática y metaanálisis. Cadernos de Saúde Pública31, 667-681.
  4. Chicharro, J. L., & Mojares, L. M. L. (2008). Fisiología clínica del ejercicio. Ed. Médica Panamericana.

 

Autor: Jesús Orts (empleado sanasalud).